Hablar en público hace referencia a la capacidad de expresar una idea o mensaje de forma efectiva y clara ante un grupo de personas. Esta habilidad también es conocida como oratoria y se considera todo un arte de la comunicación verbal.
El principal objetivo de la oratoria es conmover o convencer a los oyentes para lo cual existen numerosas formas de lograrlo. Algunas personas tienen una buena y alta capacidad de comunicación, pero no nos sucede así a todos.
Normalmente tenemos miedo a decepcionar, a equivocarnos e incluso a aburrir a nuestro público. Todos estos miedos vienen de una alta autocrítica con nosotros mismos y un mal dialogo interno.
Uno de los miedos más comunes es el de la vergüenza. Las opiniones ajenas pueden tener mucho poder sobre nuestra autoestima y sentirnos juzgados no ayudará a nuestra capacidad de oratoria. Cuando nos sentimos observados vigilamos mucho más nuestras acciones y olvidar el foco principal de la presentación.
Nuestros peores enemigos para hablar en público siempre están ahí, los nervios. Lo mejor es aprender a controlarlos y usarlos en nuestro beneficio.
Observa a grandes oradores e imita su lenguaje, a veces aprender de otros es la mejor solución a nuestros problemas. Te recomendamos algunos como: Fernando Millares o incluso el expresidente Obama, considerado un gran comunicador especialmente por su lenguaje no verbal.
Mirar a los ojos se hace una tarea excesivamente complicada cuando se trata de presentar, pero no hacerlo puede quedar distante. Tu mejor opción para evitar este miedo y, sobre todo, para no acabar mirando al suelo es elegir un punto en el medio de la sala que ayude a dar la impresión de estar despierto y no te haga perder la concentración.
Nadie sabe cuándo te confundes más que tú. Equivocarse es común así que no te comas la cabeza con ello y ve a lo siguiente, el público olvida tu error mucho antes que tú mismo.
Subir un papel para presentar algo queda fatal, ya ni hablemos de leerlo. Practica con un guion que te sirva para orientar tu presentación, pero, mucho mejor, lleva un boli. Utilízalo para descargar tus nervios y úsala como varita para señalar en la presentación.
Una vez cojas soltura la comunicación no verbal debe ser una de tus mayores preocupaciones. Procura tener la espalda estirada e ir acorde a la situación para no dar mensajes erróneos.
El TFG es uno de los trabajos más importantes de un universitario y tras muchos meses de estudio e investigación llega el momento de defenderlo ante un jurado. Ante esta situación muchos universitarios sacan a relucir su miedo a hablar en público y exponer.
Para este caso pondremos un ejemplo imaginario.
Marco tiene su TFG con U4Impact y una empresa del sector económico con mucho reconocimiento. Lleva tiempo trabajando en ello y sabe que ha hecho un buen trabajo, se critica mucho a si mismo y no confía en su capacidad de oratoria.
Nosotros le daríamos 3 consejos a Marco:
Prepara bien tu trabajo y enfócalo en aquello que mejor se te da. Tanto tu investigación como la ayuda de la empresa te ha permitido hacer un trabajo excelente, no tengas miedo de enseñarlo y lúcete mostrando todo lo que has aprendido con este trabajo.
Cuando tengas miedo integra pausas estratégicas en tu presentación para enfatizar momentos clave.
Confía en tus habilidades y trátate bien. Imagina no solo el éxito de tu presentación, sino también la reacción positiva de la audiencia gracias a la puesta en valor de realizar un TFG con una empresa y U4Impact.
En un contexto donde la comunicación efectiva es crucial, la oratoria es una herramienta poderosa. Ya sea en lo académico, profesional o personal, invertir en esta habilidad puede abrir oportunidades y asegurar que las palabras resuenen en la audiencia.
No son muchos los que poseen esta habilidad de forma innata, pero aquellos que la tienen destacan por su capacidad de hablar al público y enfrentar los nervios antes de dar una presentación con total tranquilidad.
La formación en oratoria es esencial para aquellos que buscan potenciar su capacidad comunicativa. Talleres y cursos ofrecen técnicas para estructurar discursos, mejorar la dicción y manejar el lenguaje corporal.