La motivación son las ganas que ponemos, ese ímpetu que tenemos para realizar determinadas tareas o actividades. Estar motivado empieza por nosotros mismos.
Esa energía es la que consigue que podamos realizar todas las acciones necesarias para alcanzar el objetivo que deseamos, de la manera más adecuada posible.
Por lo que, si quieres lograr tus objetivos académicos o personales es importante estar motivado.
Es muy habitual encontrarse en una situación en la que no tienes claro por qué estás frente a una mesa llena de apuntes. Cada día que te pones a estudiar y te haces alguna de las siguientes preguntas: ¿Estoy perdiendo el tiempo? ¿Merece la pena esto? ¿Por qué no me motiva?
Ante esta situación sale a relucir la siguiente pregunta: ¿De dónde sacamos la motivación para el estudio?
La respuesta recae en encontrar un aliciente que nos permita afrontar el estudio, ya que hay que tener en cuenta que cómo en cualquier otra actividad, la motivación es uno de los pilares más importantes para poder llevarlo a cabo con éxito.
Algunas de las razones que producen la falta de motivación ante el estudio son muy diferentes, desde considerar que lo que estudias no te va resultar útil, temario considerado de relleno, aburrimiento por la materia, creer que aunque estudies no vas a sacar la nota que deseas, entre otros…
Es muy común perder la motivación de vez en cuando, sobre todo si no tenemos claro ciertos asuntos. Si estás desmotivado, a continuación te vamos a comentar algunos consejos que te van a resultar de mucha utilidad.
Todos hemos pasado por fases en las que no tenemos la motivación para estudiar, por eso en U4Impact hemos recopilado los consejos más importantes para mantenerte motivado y seguir adelante.
Encontrar semejanzas entre lo que estudias y su aplicación en la vida real, es un claro ejemplo motivador. Ayuda a promover tu curiosidad y consigue que una asignatura sea mucho más atractiva y fácil de aprender.
Explora el alcance de tus estudios, investiga sus aplicaciones, sé curioso con lo que haces.
La mejor manera de ganar confianza en uno mismo para seguir estudiando es alcanzar los objetivos propuestos.
Cada paso que des hacia tu objetivo, es un pequeño logro que te permitirá seguir escalando hacia tu meta final. A través de pequeñas tareas u objetivos te resultará más sencillo hacer un seguimiento de todo tu progreso.
“Siempre parece imposible hasta que está hecho.” Nelson Mandela
Si consideramos el objetivo final como algo valioso, los obstáculos se volverán superables y nuestra voluntad será férrea, estaremos lo suficientemente motivados para lograr los objetivos. Comenzarás a estudiar con mayor confianza en lo que eres capaz de lograr y no en lo que no.
La positividad es contagiosa y aumenta la felicidad, la productividad y la creatividad de quienes nos rodean.
¿Cómo hacer una rutina de estudio? Hay que tener en cuenta que establecer un hábito requiere tiempo y los primeros días van a resultarnos difíciles, pero una vez adquirido el hábito, nos resultará mucho más fácil empezar a estudiar y la motivación se mantendrá por más tiempo.
Fijar un horario de estudio es imprescindible para hacer un seguimiento de las tareas que te propongas. Sé realista con los tiempos, no te pidas más de lo que puedes hacer.
Poco a poco irás mejorando tu capacidad de concentración y podrás dedicarle más tiempo a tus tareas.
Lo que te digan no importa, sólo tienes que poner el empeño necesario para cada situación.
Puedes ser cualquier cosa pero no puedes ser todo. Cuando nos comparamos con los demás, comparamos sus mejores características.
La comprensión inconsciente de que no somos mejores a menudo se vuelve en nuestra contra.
Hay una cosa en la que eres mejor que otros: ser tú. Este es el único juego en el que realmente puedes ganar.
Crea un entorno agradable de estudio. Uno que favorezca tu concentración y el aprovechamiento de las horas que estudias.
Las distracciones como el móvil, picar algo, incluso algunos tipos de música, provocan que nuestra motivación disminuya. Veras como pasan las horas y no has avanzado en lo que te habías propuesto.
Deja todas estas distracciones para los momentos de descanso o convertirlas incluso en un premio.
Cuando sientas que tienes que parar, es cuando tienes que parar para descansar.
Tras el descanso tu cuerpo se recuperará y estarás preparado para dar lo mejor de ti de nuevo. Tomarse cierto tiempo de descanso antes de que el cansancio se apodere de nosotros es esencial.
Lo óptimo es hacer pequeños descansos de 10-15 minutos cuando notemos que el cuerpo muestra síntomas de cansancio. De esta forma, estaremos mucho más despejados y motivados para volver a sentarnos a trabajar.
Cuando termines la de trabajar o de estudiar prémiate con pequeñas recompensas. Si crees que lo has hecho bien o que el trabajo ha sido productivo permítete el lujo de recompensarte con algo que te motive.
Algunos consejos que pueden guiarte son:
A continuación te dejamos algunas de nuestras citas favoritas para darte un subidón de motivación.
«No esperes. Nunca va a ser el momento adecuado.» —Napoleon Hill
«Cuanto más trabajo, más suerte parezco tener.» — Thomas Jefferson
«El éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos día tras día.» – Anónimo
«La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo.» – Mahatma Gandhi
«Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender, peligroso.» – Confucio
«La manera más efectiva de hacerlo es hacerlo.» – Amelia Earhat